La danza, arte intrínseco al ser humano que nos realiza como personas, es un misterio que seduce a cualquier espíritu sensible. Mirándola con la obsesión de un enamorado que al abordarla se conoce a si mismo, en un intento de descifrarla recurrí a la investigación, encerrándome días a hablar de mi amada con ella, descubrí su cuerpo, que fueron tres: Atlético, Pícnico y Leptosomático, y cada vez mostro un temperamento a modo de serpiente: Colérico, Sanguíneo, Melancólico y Linfático.